lunes, 22 de diciembre de 2008


Serpenteamos cerca del cielo,
confundimos el mar con las nubes,
quisimos alejarnos el uno del otro y
rompieron con violencia las olas,
intentamos huir entre estallidos de espuma y sal,
dialogando como incautos con el faro y la tormenta
pero las corrientes rigen nuestra suerte,
nuestro lugar siempre estarĂ¡ entre el cielo y el mar.

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