Negociaré mi retiro con el viento del ártico
y el frío polar helará mi sangre.
Sé que aparecerás, embravecida, liderando la tormenta
No soy tu destino, lo sé, pero estaré entre glaciares
rodeado de agua y electricidad
esperando que vengas a golpearme de nuevo
una y mil veces, conseguirás que mi sangre arda de nuevo
derritiendo el hielo que hay bajo mis pies,
aullará el viento y estallará el aire.
Sólo espero tenerte cerca y hundirte conmigo
hasta las profundidades del océano
de donde me sacaste.
martes, 7 de octubre de 2008
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